domingo, 4 de diciembre de 2011

Testimonio de una madre

Soy una ex madre por la fuerza.

Hace ocho años mi ex, vetó a nuestro hijo mayor de una necesidad fundamental para todas las personas. Y al pequeño, tras siete años de intentos y tretas, hace tres.
Les prohibió seguir recibiendo el amor de su madre. El amor que llevaban recibiendo desde que nacieron, 10 años y medio el mayor, y curiosamente cuando llegó a su objetivo, 10 años y medio el pequeño. El me "castigó", destruyéndome, impidiéndome volver a ser feliz por haberle "abandonado" "por haberle destrozado la vida" como me decía mi hijo mayor increpándome por ello... Utilizando para conseguirlo, ese medio, nuestros hijos. Importándole un pepino llevárselos por delante....
... También les vetó el recibir el amor de su familia extensa materna..., y a todo lo que tenga que ver conmigo.
... Yo... a día de hoy y seguro a su pesar... Aquí sigo, como puedo. Estrujándome la sesera, una y otra vez, intentando pensar que puedo hacer, ¿que se puede hacer?.  Y ahora con un poquito mas de fuerza, buscando y buscando en internet ó donde sea, información. Y escribiendo en mi blog, y enlazando en él otros blog que despierten conciencias, y hablando con otras personas (hombres y mujeres) que estén viviendo esta pesadilla. ¡Personas, no género! que podamos luchar juntas. JUNTAS para conseguir que la justicia proteja PERO DE VERDAD a los niños. Sin prejuicios parentales. ¡BASTA YA!
El SAP (o como quieran llamarlo), se trata de niños desprotegidos, primero por esa madre ó padre, y segundo por los medios y recursos ineficaces, precarios o nulos en tiempo y forma, que emplea el sistema judicial para esclarecer o averiguar realmente, lo que está ocurriendo con esos niños en el proceso de separación de sus progenitores.
Tenemos que conseguir unidos, y no solo con el S.O.S. de los afectados (padres/madres, familias extensas e hijos alienados), que la justicia realmente se implique y se imparta como debería. Con respeto, RAPIDEZ, EFICACIA y empatía.
La mayoría de las veces en procesos de separación, los hijos son condenados injustamente a consecuencia primero, de un progenitor/a desalmado/a, y segundo, a irregularidades judiciales, a realizar una penitencia psicológica y emocional, que va a marcar negativamente su personalidad, sus relaciones personales, sociales, su desarrollo psicológico, y su futura vida como adultos. Derivando dicha penitencia, en unas consecuencias no gratas, ni saludables, en cada una de las etapas evolutivas de su vida.

... Mis hijos no me han perdido a mi ¡Nunca! ¡Pero yo si he perdido a mis niños! a mis queridos y amados hijos. Y toda mi familia extensa también... Su padre, mi ex, ya los tiene para él solito, como él deseaba para acabar conmigo. En exclusiva. ¿Pero quien ha pagado y seguirá pagando a lo largo de toda su vida, esa exclusividad? "Nuestros hijos".

¡Y LA ¿JUSTICIA? NO HACE NADA!... No hace nada...

Esto es un crimen psicológico, un maltrato a los sentimientos, al amor...

Os quiero hijos.
Mama,