domingo, 11 de diciembre de 2011

En España, sólo se detectan el 10-20% de los casos de maltrato infantil

Fuente:  Nota de prensa

  • Según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap)

    En este sentido, el pediatra de Atención Primaria es el profesional de la salud que mejor conoce al niño, al adolescente y a su familia y, por tanto, puede detectar, tratar o derivar los problemas de violencia con mayor efectividad.
    • En España la prevalencia estimada de maltrato infantil en las distintas CC.AA. oscila entre un 5 y un 15,19 por 10.000 menores. En el caso del “bullying” o acoso escolar, estaríamos en torno al 17%
    • La comprensión de los factores que incrementan el riesgo de que los menores se conviertan en víctimas o perpetradores de actos violentos es esencial para formular políticas y programas eficaces de prevención de la violencia en menores.
    • La estrategia de intervención más exitosa, recomendada por la Organización Mundial de la Salud es hacerlo desde un modelo en cuatro niveles: individual, relacional, comunitario y social. Cada categoría del modelo representa un grado de riesgo y también puede concebirse como un punto clave para la intervención.

    Madrid, 15 de septiembre de 2009.

  • - Los problemas de violencia aparecen en los niños y adolescentes como burlas, amenazas, insultos, agresión, maltrato por el género, conductas delictivas,... Esta situación puede dañar a la víctima (miedo, deterioro psicológico, problemas de rendimiento escolar, laboral o social), al agresor (al potenciar sus conductas, disminuye la empatía y se refuerza la falta de tolerancia) y a los observadores (les parece normal la violencia).

    Violencia entre progenitores e hijos

    La violencia hacia los niños, o maltrato infantil (MTI) se define como cualquier acción, omisión o trato negligente, cometido por individuos, instituciones o por la sociedad, que prive al niño de sus derechos y libertad, o que interfiera en su ordenado desarrollo físico, psíquico y/o mental. En España la prevalencia estimada en las distintas CC.AA. oscila entre un 5 y un 15,19 por 10.000 menores.
    En contrapartida, la existencia de límites conceptuales imprecisos da cabida a un espectro muy amplio de situaciones, permitiendo interpretaciones distintas de un mismo suceso. Esta constatación, “unido al hecho de que el MTI ocurra habitualmente en la privacidad del ámbito familiar, y los problemas en el diagnóstico e intervención en la práctica, son factores que influyen en la estimación de que solo se detecten un 10-20% de los casos, y también en las dificultades para conseguir datos epidemiológicos que reflejen la realidad”, explica la Dra. Carmen Martínez González, pediatra de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
    En este sentido, “la Atención Primaria de Salud (APS) es un observatorio privilegiado y un escenario normalizado para la detección precoz y la prevención de problemas que ocurren fundamentalmente en el ámbito familiar, como el maltrato”, apunta la pediatra.
    El tipo de maltrato más frecuente es la negligencia, pero actualmente asistimos al auge de formas sutiles, sin violencia física, como el “síndrome de alienación parental”, que se podría incluir dentro del maltrato psicológico. A veces en este contexto, progenitores afectiva y funcionalmente normales, son denunciados por su pareja y convertidos en sospechosos de abusar de sus hijos ante el menor síntoma, como una leve irritación de la zona del pañal o la más mínima verbalización incluso de niños que apenas hablan. Para el manejo de estas situaciones no hay recetas ni protocolos, “pero poner en marcha toda la maquinaria legal para intervenir ante sospechas poco justificadas puede ser tan dañino como dejar de intervenir en aquellos casos necesarios”, recomienda la Dra. Martínez.

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